Sánchez anuncia una nueva ley para regular el CNI y otra de secretos oficiales que sustituirá a la de 1968

El Gobierno va a aprobar una nueva ley de secretos oficiales que sustituirá a la de 1968 y además reformará la ley orgánica que regula el CNI para «reforzar las garantías del control y el respeto a los derechos», según ha anunciado Pedro Sánchez, en el Congreso para dar cuenta del espionaje a líderes independentistas catalanes con el programa Pegasus, un «software» de espionaje invisible que recopila toda la información de la persona espiada y la transmite a una entidad externa sin su conocimiento. El propio jefe del Ejecutivo, además de la ministra de Defensa han sido también espiados con este programa. Sánchez quiere cerrar la crisis abierta con sus socios parlamentarios, especialmente con ERC. «Puedo garantizar que ningún abuso ha sido tolerado», ha dicho Sánchez. Con la aprobación de las nuevas leyes anunciadas, Sánchez explica que la máxima responsable del CNI podrá ir «con regularidad» a dar cuenta del trabajo de los servicios de inteligencia en la Cámara. La corrupción del PP ha ocupado buena parte del comienzo de la intervención del presidente del Gobierno, que se ha referido al caso Gütel, caso Erial, caso Bárcenas, caso Taula, caso Brugal y hasta la trama Kitchen, «una estructura policial paralela al servicio de los intereses más oscuros». «¿De verdad que no tienen nada que decir contra esta vergüenza?», se ha preguntado. El presidente ha recordado que fue la corrupción la que motivó la moción de censura al gobierno de Mariano Rajoy. «De ahí la necesidad de un nuevo gobierno que pusieran fin a medidas antisociales y a la corrupción». El presidente ha recordado que hace cuatro años lo que más preocupaba a los ciudadanos, según el CIS era la corrupción y que ahora es la crispación política. «Suele coincidir cuando el PP está en la oposición», ha dicho. «Suele ser habitual descalificaciones como llamarme presidente okupa o traidor a la patria o tachar como ilegítimo a los grupos legítimos elegidos en la cámara. Estos son los ejemplos de la corrupción democrática. Creen que solo ellos tienen derecho a gobernar», ha dicho el presidente. La puesta en marcha de un control interno en CNI, la reunión de la comisión de secretos oficiales, la investigación de oficio abierta por el Defensor del Pueblo y la disposición del Gobierno a desclasificar documentos si así lo dicta un juez, siempre que no ponga en peligro la seguridad nacional, han sido las medidas defendidas por Sánchez como reacción al espionaje con Pegasus. «No hay democracia que resista la vulneración de los derechos fundamentales sin orden judicial», ha dicho Sánchez que ha remarcado que «no hay espacio para la actuación ilegal de los organismos públicos como ocurrió en el pasado». El presidente ha puesto en valor reanudar el diálogo con las autoridades catalanas «con valentía y el coraje frente a los que quieren volver a 2017». «¿Qué ha venido hoy a hacer aquí? ¿Usted es consciente de que hay una operación de un bunker que busca excitarnos a nosotros para desestabilizarles a ustedes?», ha comenzado su intervención el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. El diputado independentista ha preguntado «qué amenaza representaba Pere Aragonès» y «¿cuál de los espiados era un terrorista?». «Se evidencia que ustedes espiaron ilegalmente a 18 personas. Cuando lees los nombres te das cuenta de que solo comparten una cosa: su ideología, que son independentistas. ¿Qué delito habían cometido?», ha insistido. Rufián ha dicho que un país en el que la principal ley «es la ley del silencio no es un país, es una mafia» y ha pedido avanzar en el estado de derecho: «España huele a cerrado y es de un patriotismo tóxico que asusta». La portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, ha asegurado que el presidente del Gobierno sabía que el Centro Nacional de Inteligencia espiaba a los independentistas y que a pesar de saberlo indultaron a los líderes independentistas. Sostiene Gamarra que el PP tiene esta información porque su partido estuvo en La Moncloa. «Ha comenzado su intervención más como líder de la oposición que como presidente. No entraré en su juego sucio pero le recuerdo que tiene a dos líderes de su partido condenados, Cháves y Griñán», ha dicho El PP ha solicitado que se vuelva a reunir la comisión de secretos oficiales «para que nos informen». «¿Espiaron su teléfono oficial o personal? ¿Qué espiaron? No nos da información», ha insistido para añadir que «es importante saber si en el uso de las comunicaciones se ha comportado usted de una manera responsable». Gamarra ha ofrecido el «apoyo firme» del PP temas sensibles para el Estado”; y ha acusado a Sánchez de “escaso sentido de estado” y “poco respeto por las instituciones”. «Este es el Gobierno de la mentira. Es legal mentir, pero no es legítimo mentir a los españoles. Y aún nos quedamos cortos”, ha dicho Santiago Abascal, (Vox), en la tribuna del Congreso que se ha referido a Sánchez como un presidente »autócrata. Desde Unidas Podemos, Jaume Asens, ha dicho que el espionaje es «un ataque a los derechos fundamentales incompatible con la democracia». «¿Qué es para ustedes ser normal?», ha preguntado Asens a Vox después de las palabras del vicepresidente de la Castilla y León, Juan García-Gallardo que contestó a una diputada socialista con discapacidad, Noelia Frutos, «le voy a responder a sus faltas de respeto como si fuera una persona como todas las demás». La diputada de Junts per Catalunya, Míriam Nogueras, ha cargado contra el Gobierno por el espionaje con Pegasus a los líderes independentistas. “¿Por qué nos están espiando, señor Sánchez? ¿Por qué somos independentistas? ¿Qué delito hemos cometido?”, le ha preguntado al presidente del Gobierno. “Aun sabiendo que ustedes mienten, que ustedes no cumplen, algunos insisten en pactos y diálogos con ustedes”, ha dicho Nogueras. La polémica saltó el pasado 18 de abril, cuando los independentistas catalanes denunciaron el espionaje. Al día siguiente el Gobierno reaccionó y marcó distancias. Dijo que no podía hablar de las actuaciones del CNI. Días después, el 2 de mayo, el Gobierno convocó de urgencia una rueda de prensa a primera hora de la mañana en la que el ministro Bolaños anunció que los teléfonos del presidente del Gobierno y de la ministra de Defensa también habían sido espiados con Pegasus. 72 horas después compareció la entonces directora del CNI en la comisión de Secretos Oficiales en el Congreso y reconoció que el CNI sí espió a varios líderes independentistas, incluido el president Pere Aragonès, pero que lo hizo con autorización judicial. El CNI admitió que se espió a algunos de esos políticos, pero no a todos. No queda claro quién espió al resto. La presión política llevó al Gobierno a tener que depurar responsabilidades y sustituyó a la directora del CNI. Sánchez entonces vinculó el cese de Paz Esteban a un «fallo» en la seguridad. El PP respaldó al PSOE para no crear una comisión de investigación, pero sí forzó la comparecencia, este jueves, de Pedro Sánchez, que llega en un día importante para el Gobierno, porque además se tiene que votar en el Congreso la ley del solo sí es sí y la Ley Audiovisual, dos proyectos polémicos.