La hortaliza que no puede faltar en tu despensa

Así como en tu fondo de armario no pueden faltar unos vaqueros o un buen abrigo negro, tu fondo de despensa debería contar siempre con unas buenas berenjenas: una de las hortalizas más versátiles en la cocina y más fácilmente combinable con otros alimentos. Las hay moradas, blancas, negras, amarillas… y dependiendo de su forma, también podemos encontrarlas ovaladas (y jaspeadas), esféricas, alargadas… ¡un sinfín de opciones!

¿Son sanas las berenjenas?

Si las comparamos con otras verduras y hortalizas, su valor energético y nutritivo es pequeño. Su principal componente es el agua, pero también aporta hierro, vitaminas (C y B6 principalmente) y su piel tiene propiedades antioxidantes. Además, hay estudios que relacionan el consumo de berenjena con la disminución de los niveles de colesterol.

¿Se debe pelar o no se debe pelar la berenjena?

A veces se nos plantea el dilema de pelar o no pelar la berenjena. La decisión dependerá del uso que se le vaya a dar a esta hortaliza en la receta. Si no se va a pelar la berenjena, conviene elegir los frutos jóvenes y blandos, ya que los viejos tienen la piel dura y necesitan más tiempo para cocinarse.

Muchas recetas sugieren salar la pulpa de la berenjena durante unos minutos (o añadirle zumo de limón) antes de cocinarla para reducir su sabor amargo. También se consigue que la hortaliza suelte jugos y se reduzca su humedad, de manera que la pulpa absorbe menos aceite.

¿Cómo elegir las mejores?

Si una berenjena tiene el color uniforme, la cáscara lisa y brillante, y parece firme al tocarla, ¡llévatela! Esos son los indicativos más claros de que estamos ante una berenjena rica y en buen estado. Un truco para saber si la berenjena está bien madura consiste en hacer una ligera presión con los dedos sobre la piel. Si los dedos dejan huella, la berenjena está madura.