Carme Ruscalleda: "Hay que hacer un frente para eliminar la comida basura"
La cocinera catalana advierte de la importancia que tiene la formación sobre alimentación ante un futuro en el que primarán los alimentos "limpios para cocinar" o directamente cocinados
Barcelona
Hace 30 años Carme Ruscalleda dejó la tienda y se pasó a la cocina. Cruzó a la calle de enfrente para montar un restaurante. San Pau ya ha cerrado como restaurante en sí y ahora es una cocina estudio. La cocinera con más estrellas Michelin del mundo -un total de siete- que tiene un restaurante en Tokio y otro en Barcelona ha estado esta tarde en La Ventana.
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Sobre el cierre de San Pau incide en que no se trata del final -sigue teniendo otros dos restaurantes abiertos y San Pau tiene ahora otras funciones: "Cuando llegas a los 65 años sabes que no eres extraterrestre. Hay que dejarlo en un punto álgido. No con la idea de frenar, con la idea de continuar".
La Ventana desde Barcelona: La Catalunya gastronómica e investigadora
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La comida del futuro
Ruscalleda ha hablado también sobre la innovación en el campo de la gastronomía, algo que -explica- "se da mucho de forma autónoma y privada". La cocinera ha explicado también que es "la propia industria alimentaria" la que " genera novedades que llegan después a la gastronomía".
Precisamente el futuro de la gastronomía pasa por "una alimentación de cuarta y quinta generación", que traducido significa una alimentación en la que los productos estarán "limpios para cocina" si no directamente cocinados.
Ante este panorama Rusacalleda hace un llamamiento a "hacer un frente para eliminar la comida basura". Cree que es fundamental la formación acerca de la alimentación en una sociedad que, cree, "anda un poco perdida. Hay un concepto moderno que nos desorienta de esa comida que nos corresponde tomar". Apunta a conceptos como el de la dieta mediterránea que "hay que traducir de forma fácil en comida sana".
Mamá, quiero ser artista
En la conversación que hemos mantenido con Carme Ruscalleda en el Palau Robert de Barcelona con el motivo del cierre de la exposición Siete millones y medio de futuros, la cocinera ha hablado también de sus recuerdo de infancia, del momento en que le contó a sus padres lo que quería ser de mayor: "Yo lo dije y fue como romper la bandeja dela ensalada; quería ser artista".
Ruscalleda señala que formó parte de "una generación en la que a las niñas no les preguntaban qué querían ser de mayor", por lo que decir algo como querer ser artista era muy llamativo. Cree la cocinera que para quitarle la idea de la cabeza sus padres decidieron modernizar la tienda que tenían y convertirla en un supermercado; "una revolución" en sus palabras ya que los clientes pasaban a acceder directamente a los productos y no era el tendero de turno quien se los servía.
Allí empezó trabajando en esa tienda, en ese supermercado que llegó a cambiarle su forma de ser: "La charcutería me mejoró el carácter, yo no era tan simpática", ha comentado entre risas.