Francis Paniego, Premio Nacional de Gastronomía

Madrid

"Si conviertes el sueño de tus padres en tu propio sueño, el traspasdo es posible". Francis Paniego, chef del restaurante El Portal del Echaurren, en La Rioja, ha subido al escenario sin palabras porque no llevarse el premio... y segundos después se ha emocionado al acordarse de su madre, Marisa Sánchez Paniego. Ambos han ganado ya el Premio Nacional de Gastronomía al mejor jefe de cocina, pero lo han hecho con 25 años de diferencia.

La Real Academia de Gastronomía, que por primera vez entregaba Premios Nacionales con carácter oficial, había preparado una ceremonia diferente, con tres nominados por categoría y el nombre del ganador mantenido en secreto hasta el final. "Lo de vivir con nervios desde mayo es horrible", decía un eufórico Francis Paniego.

"Saber que estás en la pomada, ya es la leche. Tanto Ángel León como Jordi Cruz son maravillosos. Todos conocemos el trabajo personalísimo de Ángel; sabemos que él hace lo que nadie hace. Y bueno, qué decir de la papeleta de Jordi, relevando a Pellicer en Abac y logrando la segunda estrella"...

Paniego, que además de El Portal de Echaurren regenta el gastrobar Tondeluna en Logroño, se ha confesado orgulloso de haber materializado el traspaso "de padres a hijos con mucho respeto pero, al mismo tiempo, imponiendo un nuevo estilo".

"Si algo podemos ser, es un ejemplo para los hijos de gente que tiene negocios: el traspaso es posible respetando lo anterior. Solo hay que convertir el sueño de tus padres en tu propio sueño. Nosotros lo hemos hecho así", ha declarado a algunos periodistas. "Y los clientes siguen viniendo, y a nuestra madre la tenemos en un altar, y sus croquetas son las de ella pero son las nuestras".

Únete al canal de WhatsApp de la SER

El cocinero riojano ha reivindicado su tierra, La Rioja, pero también ha criticado el pensamiento único en la cocina contemporánea. "Yo hago una cocina de terruño pero sin terruño. No practico el kilómetro 0, para nada. Odio ese concepto. Te limita un montón. Los discursos únicos no son buenos y ahora estamos todos muy obsesionados con el producto, la cercanía, la localidad... Nosotros somos eso pero no lo somos".

El encargado de entregar los premios fue el ministro de Industria y Turismo, Juan Manuel Soria, quien remarcó la importancia de la gastronomía como atractivo turístico, y agradeció la herencia recibida (aunque sin usar esas palabras) al referirse al Premio Nacional de Gastronomía Especial, otorgado a las Oficinas Españolas de Turismo en el Extranjero.

El Premio Nacional al mejor Sumiller se lo ha llevado César Cánovas, del espacio Monvínic, en Barcelona, y el Premio al mejor director de sala ha recaído en Jorge Dávila, del restaurante madrileño Piñera.