Bocata Gayà: la propuesta más valencianista del chef Ricard Camarena

Madrid

Pedro Blanco es de los que se emociona más con todo lo que rodea a un partido de fútbol —la comida, fundamentalmente— que con el juego en sí. Algo que, teniendo en cuenta el rendimiento de la Roja en esta Eurocopa, supone una ventaja importante. Pero, como la esperanza es lo último que se pierde, Pedro Blanco sueña con un jugador de Osasuna en la convocatoria de Luis Enrique... y el chef Ricard Camarena con un papel destacado de José Luis Gayà en el torneo. Al lateral izquierdo del Valencia CF, precisamente le ha dedicado su último bocadillo.

"¡Gayà es un fenómeno!", señala el chef valenciano, que la semana pasada ya presentó un bocata sueco de Sueca para afrontar el primer partido de España en la Eurocopa y también uno dedicado al seleccionador, Luis Enrique, (con cachopo asturiano de gamoneu). La Roja, hasta ahora, no ha pasado del empate, pero quien haya visto los partidos con estos bocatas seguro que han sido empates sabrosos.

Para el bocata inspirado en Gayà, Camarena ha escogido un pan de pataqueta —el típico del esmorzar valenciano— con figatell (albóndigas de carne de cerdo rellenas con un poco de hígado de cerdo), "salsa de tortilla, con patata y cebolla", queso de servilleta, hojas de perejil y piparras (guindillas encurtidas).

¿Será Gayà el arma secreta de Luis Enrique?

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El capitán de la Roja en esta Eurocopa, Jordi Alba, está demostrando un gran estado de forma y eso —dado que ocupan la misma posición— ha impedido que Gayà haya podido demostrar su valía en el campo. Pero quién sabe si su momento llegará ante Eslovaquia, a quien España se enfrenta este miércoles a las 18.00.

"Gayà es un disfrutón de la comida", asegura el chef valenciano, que además es aficionado del Valencia y ha ido muchas veces a Mestalla, así que su propuesta de bocata tiene una base futbolística: "Gayà es un máquina y lo va a petar", dice.

Los bocadillos de la Eurocopa están a la venta en el servicio de delivery de Canalla Bistró (pack de ensaladilla, bocata y helado, 25 euros), pero tampoco conviene perderse la oferta de bocatas de Central Bar, el local especializado en cocina de mercado que el chef tiene en el Mercat Central de València.

Un chef amante del bocadillo

La afición de Ricard Camarena por los bocadillos viene de lejos. De pequeño siempre iba al cole con uno en la mochila. Sus padres regentaban un supermercado y lo más habitual es que dentro llevase jamón, queso o embutido. Pero los dos que más le gustaban eran "el de atún con aceitunas" y el de tortilla de patatas que intercambiaba con su primo Marcos. "¡Los suyos eran más grandes!", explica.

La época en la que más ha gozado de los bocadillos, sin embargo, fue en la que —antes de ser cocinero— se dedicó a la mampostería, entre los 19 y los 24. "Era un trabajo duro. Ahí sí que era de bocata diario", dice el chef. "Ahora no como tantos, pero los sigo considerando un lujazo con el que salir de la rutina, así que intento darme el capricho de vez en cuando".

Pero al preguntarle por el mejor bocata de su vida, curiosamente, vuelve de inmediato a su niñez: "Los sábados en el supermercado tenía tiempo para almorzar a media mañana y cumplía con una ceremonia que me encantaba. Me iba al horno del pueblo y compraba pan recién hecho. Luego cortaba jamón york, chorizo y queso de barra, restregaba el pan con tomate... y lo marcaba todo en la plancha, tanto el pan como el relleno, metiendo dentro todo el aceitillo que soltaba".