Desmontamos todas tus excusas para no celebrar la semana sin carne
El 20 de marzo se celebra el Día Mundial Sin Carne, pero la organización ProVeg quiere alargarlo un poco más
Madrid
El Día Mundial Sin Carne (o Meatout) empezó a celebrarse en EE UU, a iniciativa del Movimiento por los Derechos de los Animales Granja (FARM, por sus siglas en inglés), en 1985. Una conmemoración vegana que en los últimos años se ha ido extendiendo por todo el mundo y que este año la organización ProVeg se ha propuesto ampliar a toda una semana: del 20 al 27 de marzo.
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El principal objetivo, según detalla en la web Semanasincarne.es, consiste en "derribar los prejuicios contra una alimentación vegetal y proporcionar las herramientas necesarias para eliminar o reducir el consumo de carne". ProVeg ofrece ayuda a todos los que se registren en la web: una lista de la compra, un menú semanal y una newsletter diaria con información diversa.
Lo cierto es que hay muchos motivos por los que sumarse a esta iniciativa: la salud, el cambio climático, la justicia social, la conciencia animalista... ¡Incluso la curiosidad gastronómica! Pero aunque cada vez son más los que abrazan la causa vegana, vegetariana o flexitariana, también son muchos los que siguen aduciendo excusas de todo tipo para seguir comiendo carne —y otros productos de origen animal— muy por encima de nuestra posibilidades.
Pasamos a desmontar algunas de las más habituales con la ayuda de Cristina Rodrigo, portavoz de ProVeg España, y también de Lucía Martínez, dietista-nutricionista, responsable del Centro Aleris de Valencia, azote de los omnívoros desinformados en Twitter y autora de Vegetarianos concienciados (Paidós, 2018):
"¡No sé qué comer!"
Que tu repertorio culinario se base en la carne con patatas no significa que no haya alternativas, pero si necesitas ideas, puedes recurrir a las recetas veganas o vegetarianas de Julio Fernández o Martín Berasategui. Al suscribirte a la iniciativa de la Semana Sin Carne, además, recibirás dos propuestas de menú semanal: uno 100 % vegetal y otro que, además, no lleva soja ni gluten.
La dietista-nutricionista Lucía Martínez comenta que la decisión de preparar un menú semanal depende de las necesidades y costumbres de cada uno, pero en todo caso recomienda echarle un vistazo a su infografía del tupper vegetariano. ¡Es complicado decir más con menos!
"He quedado para comer por ahí"
Cristina Rodrigo asegura que no hace falta renunciar a ningún plan social porque en los restaurantes convencionales ya hay muchas alternativas veganas, como las hamburguesas vegetales, y también platos tradicionales que son vegetarianos per se, como el gazpacho o la escalivada. Lucía Martínez añade que "a día de hoy ya no hay capital de provincia española que no tenga un restaurante vegetariano" y, en todo caso, siempre es útil recurrir a buscadores como HappyCow.
"Tengo tendencia a tener anemia"
¡Pues ve al médico y que te dé un suplemento, que es como se remonta la anemia, y no comiendo carne roja!", responde Lucía Martínez, algo indignada. "Los niveles de anemia ferropénica entre la población vegetariana no son superiores a los de la población general y, además, no suelen ser de origen dietético".
"No siempre tengo tiempo para cocinar"
Las empresas más populares de comida a domicilio suelen contar con filtros de cocina vegana o vegetariana, pero además hay apps, como Veganooks, que se se dedican en exclusiva a este tipo de oferta gastronómica.
"Sin café con leche, no funciono"
Cristina Rodrigo recuerda que hay una gran oferta de bebidas vegetales en casi todos los supermercados. La de soja, además de ser una de las más comunes y baratas, cuenta con un aporte proteico similar al de la leche de vaca, y también se puede encontrar enriquecida con calcio. Pero también las hay de coco, almendra, arroz... "Lo importante es que no tenga azúcares añadidos", señala Martínez, pero "también se puede desayunar otra cosa".
"Sin queso ni embutido, ¿qué meriendo?"
Cristina Rodrigo apuesta por untables vegetales como el baba ganoush (conbase de berenjena) o el hummus, pero también sugiere un revuelto de tofu o tofu a la plancha con alguna salsa vegetal. Y para quien prefiera algo dulce, un sándwich de crema de anacardos con higos. "Solo hay que echarle un poco de imaginación y ganas", dice. Lucía Martínez, por su parte, le dedica todo un capítulo de Vegetarianos concienciados a este asunto: aguacate, tomate y aceite; tapenade u olivada; pimientos del piquillo; Heura, crema de cacahuete con plátano...
"No me gusta la verdura"
Rodrigo sostiene que, "si no te gustan las verduras, deberías aprender a comerlas porque deberían ser la base, junto a cereales y legumbres, de tu alimentación", así que recomienda probar con cocciones alternativas.
"La solución no es comer carne", zanja Martínez. "Deberías probar verduras que no hayas probado antes y, en todo caso, cocinarlas de forma diferente. Puede ser que la zanahoria no te guste hervida, pero sí cruda. De todas formas, verduras tienes que comer, tanto si eres vegetariano como si no".
"Comer legumbres provoca gases"
La autora de Vegetarianos concienciados no se anda con paños calientes: "Si te sientan mal las legumbres sin que tengas ninguna patología intestinal es que tienes una microbiota de mierda, lo cual es un problema. Empieza con raciones pequeñas, pero de manera más frecuente, y ves aumentando. al principio conviene recurrir a las lentejas sin piel y a los garbanzos, que son fáciles de pelar".
Cristina Rodrigo suscribe el consejo de comer legumbres sin piel, pero también sugiere cocinarlas con hierbas aromáticas, comerlas en puré o acompañarlas de alguna infusión. La bloguera asturiana Isasaweis también tiene su truco: "A todas las legumbres les echo comino, que les da un sabor buenísimo y además ayuda mucho en las digestiones. Pero si no te gustase, puedes hacerte una infusión con comino en grano, anís estrellado, hinojo, tomillo y canela".
"Se van a reír de mí"
"Lo mejor es comentarlo desde la convicción de que estás haciendo algo mejor para ti y para el planeta", señala la portavoz de Proveg. "Puedes recibir algunas críticas, pero cuanta más información tengas y más convencido estés, más fácil será contarlo, llevarlo a acabo y sentirse acompañado".
"¡Necesito comerme una hamburguesa!"
Para momentos de furia carnívora, Lucía Martínez asegura que ya hay "muy buenas copias" a la carne, como Beyond the meat, pero en su opinión nadie debería llegar a sentir ansiedad por pasarse una semana sin comer carne: "Si te pasa, es un mal síntoma. No lo banalicemos". Rodrigo, por su parte, recuerda que el objetivo final es modificar hábitos de consumo a medio y largo plazo.
"Tengo la nevera llena de comida"
En ningún caso hay que tirar comida a la basura. Entre otras cosas porque, como dice Rodrigo, "si lo has comprado, el daño ya está hecho". Quien quiera celebrar la Semana Sin Carne puede congelar lo que tenga en la nevera o, simplemente, retrasar unos días su plan vegano. Pero otra opción, como señala Lucía Martínez, es encontrar a un omnívoro que quiera "adoptar y jalarse" lo que tengas.
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...