Oriol Junqueras: un año en prisión por la "rebelión jurídica" de Cataluña
El exvicepresidente del Govern de Puigdemont, junto con Joaquim Forn, cumple este viernes un año en preventiva
Fiscalía y Abogacía del Estado harán públicas este viernes sus peticiones de cárcel contra ellos
Madrid
Oriol Junqueras cumple este viernes un año en prisión provisional comunicada y sin fianza. En ausencia del fugado Carles Puigdemont, el exvicepresident del Govern se ha convertido en el máximo responsable de lo que el Tribunal Supremo ha bautizado como la “rebelión jurídica” de Catalunya: este viernes, un año después de su encarcelamiento, conoceremos cuántos años de cárcel piden para él tanto la Fiscalía como la Abogacía del Estado.
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Junqueras y el resto del Govern destituido de Carles Puigdemont abandonaban la Audiencia Nacional el jueves 2 de noviembre de 2017 repartidos en cinco furgones de la Policía Nacional, con las sirenas pidiendo paso por la calle Génova. Todos fueron enviados a Estremera: Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Turull, Josep Rull, Raül Romeva, Dolors Bassa, Meritxell Borràs, Carles Mundó y Santi Vila. Los dos primeros nunca salieron de la cárcel, Turull, Rull, Bassa y Romeva salieron en diciembre para volver a entrar en marzo y Mundó, Borràs y Vila están en libertad con cautelares.
Ese día la jueza Carmen Lamela, de la Audiencia Nacional, marcó el camino del caso: Junqueras y sus compañeros de Govern “se valieron de la población alentando actos de insurrección pública, desobediencia y resistencia colectiva” al Estado. El 21 de septiembre frente a la Consellería de Economía, el 27 de octubre en el Parlament y el 1 de octubre en los colegios.
Fugado Carles Puigdemont, Oriol Junqueras llega a la línea de salida del juicio como el máximo responsable del procés independentista unilateral según el juez Pablo Llarena. Fue procesado en marzo por rebelión y malversación de caudales públicos: su firma está en el decreto de convocatoria del referéndum ilegal, su departamento aprobó la normativa sobre todos los detalles de su celebración y ese día dejó la puerta abierta a los disturbios junto con Puigdemont y Forn, entonces conseller de Interior. “Teniendo la capacidad de decidir sobre el referéndum, prefirieron llamar a la población a la movilización y a la participación” diseñando un operativo de los Mossos d’Esquadra favorable al enfrentamiento con la Policia Nacional, dijo Llarena en su auto de procesamiento.
Rebelión y malversación
Junqueras será el protagonista de los escritos de calificación provisional que hagan públicos este viernes tanto la Fiscalía como la Abogacía del Estado: el Ministerio Público pedirá para él la condena más alta por rebelión y malversación de caudales públicos, ciñéndose en el resto de los casos a penas más ajustadas al margen mínimo del tipo, que arrancan en los quince años de presidio.
Desde su entrada en prisión el 2 de noviembre del año pasado, Junqueras ha solicitado la libertad con cautelares en media decena de ocasiones, además de otras peticiones para poder, por ejemplo, participar en la campaña electoral. La sala de apelaciones dijo en enero, por ejemplo, que Junqueras no podía quedar en libertad asegurando que “el proyecto subsiste y no lo ha abandonado”, en relación a la vía unilateral independentista y su candidatura a las elecciones catalanas del 21 de diciembre por Esquerra Republicana.
“Ética, educación, creencias religiosas”
A lo largo de un año de investigación, Oriol Junqueras y su abogado Andreu van den Eynde han buscado combatir dos aspectos principales de la acusación: que el exvicepresident justifique la violencia y que se vaya a fugar en caso de ser dejado en libertad. “Estoy a disposición de este tribunal del mismo modo que lo estuve cuando me llamó la Audiencia Nacional”, dijo en diciembre del año pasado en su primera comparecencia ante el juez Pablo Llarena. Su pretensión entonces, dijo, era presentarse a los comicios del 21 de diciembre y “hacer campaña en las mejores condiciones posibles” y con “voluntad de negociar, dialogar y llegar a acuerdos”.
Ha sido esta apelación al diálogo la que ha desplegado ante Llarena y ante la sala de apelaciones y la que no le ha valido para salir de prisión. Ese mismo día negó con vehemencia haber justificado o promovido la violencia en las calles de Catalunya: “No lo hemos hecho nunca y no lo haré nunca, contradice absolutamente todo lo que creo, todo lo que represento, lo que he dicho durante toda mi vida, cualquier forma de violencia siempre contará mi oposición políticamente activa” alegando razones “de formación, ética, moral, educación y también de creencias religiosas”.