Lo que no nos gusta de la lista de los mejores restaurantes del mundo
Se dice de ella que es machista, eurocentrista y poco fiable, pero ahí sigue
Madrid
Al principio la conocíamos simplemente como Lista Restaurant, pero poco a poco se ha acabado consolidando la marca The World's 50 Best Restaurants: la lista de los 50 mejores restaurantes del mundo. Algo tan pretencioso y tan goloso para los medios como una lista única para ordenarlos a todos. Una alternativa a la hegemónica Guía Michelin pero, al mismo tiempo, una diana constante de críticas.
De la lista 50 Best se ha dicho que es machista, eurocentrista y poco fiable, pero ahí sigue. Pese a aparecer en ella, cocineros como Martín Berasategui o David Muñoz han explicado abiertamente por qué les parece tan poco rigurosa y los argumentos más repetidos son la arbitrariedad y la falta de transparencia. Nos dicen que votan expertos de todo el mundo (algo más de 1.000), pero no quiénes; no sabemos si pagan o no la cuenta de los lugares a los que votan; y, de hecho, ni siquiera necesitan demostrar haber acudido a esos lugares
Carme Ruscalleda ha llegado incluso a rechazar el premio a la Mejor Chef Mujer del Mundo. En Francia, hartos del menosprecio a sus chefs consagrados, optaron por crear otra hecha a su medida: La Liste. Y en medios norteamericanos tan influyentes como Eater no se cortan al describirla como "innecesaria" o "altamente imperfecta".
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Lo cierto es que todas las guías y publicaciones relevantes cuentan con críticos y detractores. A Michelin se le echa en cara que en España no sigue el mismo criterio que en otros países y a TripAdvisor, que las reseñas de los usuarios pueden ser falsas. Pero ninguna recibe tantos ataques y tan frontales como 50 Best.
Pese a todo, la lista 50 Best 2019 se presenta este martes en Singapur (15.30, hora peninsular española) con la novedad de que los restaurantes que ya han sido número 1 alguna vez, como El Celler de Can Roca u Osteria Francescana, desaparecen de la lista para ingresar en una suerte de olimpo de los dioses de la alta cocina, a salvo de nuevas corrientes de opinión que puedan afectar a su prestigio. Para entender lo que eso supone basta con acudir al deporte de élite. ¿Alguien se imagina a Messi o Federer dejando de competir en el Balón de Oro o la ATP, respectivamente, para ser recordados forever como números 1?
Yanet Acosta, autora de El chef ha muerto y responsable de The Foodie Studies, asegura que 50 Best le divierte mucho y que "refleja por dónde van las tendencias según los profesionales del sector", pero reconoce que el hecho de excluir a los números 1 de la pugna "le quita el morbo de ver cómo los grandes caen".
Mikel Iturriaga, de El Comidista, asegura que, en una escala que va del 0 al 10, la lista 50 Best le interesa -1, "como al 99,999 % de la población". En su opinión, los medios le prestamos demasiada atención porque, al margen de ser "una lista más, con criterios discutibles, como todas", se trata también de "una herramienta de marketing para una revista y (horror) una marca de agua embotellada".
Y algo parecido opina el crítico gastronómico del diario ABC, Carlos Maribona, quien siguiendo esa misma escala sitúa su interés entre el 2 y el 3. "Resiste porque hay detrás una operación de marketing muy bien gestionada, porque los medios le hemos dado un protagonismo que no merece (salvo en Francia, donde acertadamente han pasado de ella) y porque los cocineros beneficiados han hecho mucho por darle más eco", explica.
Maribona, de hecho, tampoco simpatiza con el hecho de apartar de la lista a quienes ya han llegado al número 1: "Se desvirtúa la realidad. El que ahora quede de número 1 puede serlo, pero siempre quedará la sensación de que no lo es porque faltan los supuestos mejores".
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...