España dice adiós a la mascarilla en la calle mientras mira de reojo a la variante Delta
A las 00:00 horas ha entrado en vigor la nueva normativa y los españoles se han despedido de las mascarillas en los exteriores siguiendo los pasos de países como Francia, Estados Unidos o Australia
Madrid
La mascarilla ha sido el accesorio imprescindible a lo largo de este año de pandemia para prevenir los contagios de coronavirus. Ahora, con una campaña de vacunación a pleno rendimiento y más de la mitad de la población con al menos una dosis, es hora de decirle adiós. Así lo anunció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hace una semana siguiendo los pasos de otros países como Francia, Estados Unidos o Australia. Desde las 00:00 de este sábado, los españoles se han podido despedir de las mascarillas en los espacios al aire libre.
Esta medida llega después de un año en el que hemos tenido que sortear diferentes oleadas de COVID-19, cada una más dura que la anterior. Fue el 20 de mayo de 2020, cuando se prorrogó por penúltima vez el primer estado de alarma y cuando se impuso el uso obligatorio de las mascarillas en interiores y exteriores siempre que no fuera posible mantener la distancia de seguridad entre personas. El 21 de junio concluyó ese estado de alarma y las restricciones se fueron relajando. Sin embargo, los rebrotes de coronavirus en muchas zonas y la preocupación de una segunda oleada que llegaría a la vuelta del verano, llevó a las comunidades a rectificar la normativa de las mascarillas y hacerlas obligatorias en todo momento. Aunque no sin la polémica de algunas regiones que rechazaron la medida al principio, como Madrid y Canarias.
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A pesar del endurecimiento de medidas y un nuevo estado de alarma que duraría casi siete meses, una tercera oleada de coronavirus azotó España con fuerza colapsando hospitales y UCIs, y dejando cifras históricas de incidencia con casi 900 casos por cada 100.000 habitantes en los meses de enero y febrero. No fue hasta abril cuando la vacunación empezó a dar sus frutos y a notarse sobre todo en residencias y población anciana. Nuestro país comenzaba a mirar a países como Reino Unido o Israel, que con más del 60% de su población vacunada iba despidiéndose de las mascarillas y dejando atrás restricciones.
¿Por qué es hora de decir adiós a las mascarillas?
Los datos científicos avalan la decisión de eliminar la obligatoriedad de las mascarillas en espacios abiertos. En primer lugar, desde que la vacunación se aceleró en nuestro país, la incidencia ha ido cayendo por debajo de los 100 puntos, situando al país en riesgo medio, según los indicadores del semáforo COVID. De la misma manera, los contagios y muertes también se han reducido de forma notable y la presión hospitalaria aminora progresivamente.
Según el último informe de Sanidad, más de la mitad de españoles cuentan con al menos una dosis de la vacuna contra la COVID-19, con más de 24 millones de personas vacunadas. Así, casi 16 millones han recibido la pauta completa, lo que supone un tercio de la población (33,5%). Por grupos de edad, todos los mayores de 80 años están inmunizados y el 96,5% de los mayores de 70 también. Asimismo, las personas con diferentes patologías han sido vacunadas, por lo que tienen menos riesgo de contagiarse y pasar la enfermedad con sintomatología grave.
Además, la vacunación va a toda velocidad con los grupos de edad restantes y la mayoría de comunidades comenzarán a vacunar a la franja de 39-30 en los próximos días. El objetivo es terminar el verano con el 70% de vacunados con pauta completa para lograr así la inmunidad de rebaño y tener controlada la pandemia. De momento, estos datos se traducen en una clara bajada de la mortalidad y todo apunta a que hemos pasado la situación más crítica del virus.
La 'nueva normalidad' en otros países
Australia, Estados Unidos, Israel, Polonia, Hungría y Bélgica fueron los primeros países en quitarse las mascarillas conforme avanzaron en el proceso de inmunización. Los confinamientos, toques de queda o cierres de fronteras sirvieron a estos países para controlar la propagación del coronavirus y la carrera para vacunar a contrarreloj a sus habitantes los ha hecho pioneros en la supresión de la mascarilla.
En Estados Unidos, la gran campaña publicitaria para promover la vacunación le ha llevado a tener ya al 46% de la población con pauta completa y el 54% con al menos una dosis. Así, las autoridades decidieron eliminar las mascarillas en lugares abiertos y a los vacunados incluso se les permite prescindir de ellas en la mayoría de lugares. De hecho, los principales cines del país permiten entrar sin mascarillas a las personas inmunizadas y se ha reactivado el ocio, la hostelería, ha vuelto el público a las competiciones deportivas y los aforos cada vez son mayores.
Reino Unido e Israel fueron los primeros países en coger carrerilla en la vacunación y en flexibilizar las medidas. El caso de Gibraltar dio luz a los españoles por su proximidad, pues en marzo ya podían pasear sin mascarillas. Asimismo, las imágenes de los israelíes disfrutando al aire libre sin las máscaras faciales dieron la vuelta al mundo en abril. Aunque la amenaza de la variante Delta está frustrando estos planes y en Israel se han visto obligados a reimponer las mascarillas en los interiores.
¿A qué riesgos nos enfrentamos?
La retirada de las mascarillas en exteriores no ha estado exenta de polémica y es que muchos de los expertos muestran recelo por la preocupación de la variante Delta y el riesgo que supone deshacerse de ellas. De momento, solo se podrá prescindir de ellas en lugares al aire libre y siempre que se cumpla un metro y medio de distancia entre personas no convivientes.
Muchos virólogos coinciden en que es hora de relajar algunas medidas, pero ven muy precipitado dejar atrás las mascarillas. La variante Delta ya es predominante en muchos países y su infectividad es del 8%, por lo que se transmite más que la variante británica que su tasa es del 3%. De hecho, la amenaza de la nueva variante ha condicionado la desescalada en países como Reino Unido o Israel, y también podría evidenciarse en nuestro país.
Otro de los riesgos de quitar las mascarillas está en la juventud. Con la reapertura del ocio nocturno y la libertad de movimiento, muchos jóvenes están aprovechando para recuperar el tiempo perdido durante los meses de estado de alarma. Los epidemiólogos alertan de los comportamientos en ambientes festivos, pues hay mayor confianza y descuidan las medidas, lo que puede traducirse en contagios. A la vista está el macrobrote ocasionado en Mallorca por un viaje de estudios que ha dejado más de 500 positivos y 2.000 contactos estrechos al incumplir las medidas.
Cuando debes llevarla obligatoriamente
Por ello, los expertos piden responsabilidad individual y sentido común. "Si estamos en una plaza del pueblo llena de gente o en una calle muy concurrida, debemos ir con mascarillas porque en la práctica y ante una aglomeración es como si estuviéramos en un interior", recuerda el presidente de la Sociedad Española de Inmunología, Marcos López Hoyos.
Además, hay algunas situaciones en las que sigue siendo obligatorio el uso de la mascarilla, como en los espacios cerrados, cuando sea imposible mantener la distancia de seguridad, en el transporte público y en eventos multitudinarios aunque sean al aire libre. Consulta todos los supuestos aquí.
Sandra Fernández Pérez
Graduada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Ciencia Política y Gestión de la...