Cronología del 'caso Messi': el año entre el burofax y la ruptura definitiva
Lionel Messi culmina su etapa en el FC Barcelona después de 17 temporadas en el primer equipo, viviendo además una última de lo más turbulenta desde un verano de 2020 en el que la relación se tambaleó públicamente
Lionel Messi y el FC Barcelona separan sus caminos definitivamente después de 17 campañas marcadas por los éxitos y el peso en el campo de un jugador de época en el club. El anuncio oficial ha llegado este 5 de agosto a pesar de que el argentino se encontraba sin contrato desde el 30 de junio, a la espera de si ambas partes podían llegar a un acuerdo para su extensión. Este paso no llegó y la etapa llega a su fin este verano de 2021, justo un año después de que el futbolista expresara su deseo de marcharse.
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Agosto hace estallar por segundo curso consecutivo la planificación del Barça en lo relativo a su mayor estrella. Messi no continuará defendiendo su camiseta, como ha dado a conocer el club este jueves, y empuja a los azulgrana a sondear una nueva vía en su proyecto deportivo después de un periplo que ha dejado huella. La salida, sin embargo, estuvo sobre la mesa 12 meses atrás y de manera muy seria, aunque las intenciones públicas no llegaron a buen puerto.
La temporada 2019/2020 terminó de forma brusca y sonrojante para un conjunto catalán que demandó alternativas en su plantilla. La dolorosa derrota por 2-8 en los cuartos de final de la Champions League ante el Bayern de Múnich despertó un reclamo generalizado en la afición de un cambio de aires, siendo Leo Messi una de las escasas excepciones que se libraron de las críticas.
El burofax que detonó una crisis
El cuerpo técnico cambió, se dio salida a varios jugadores importantes y los críticos señalaban a la directiva, iniciando una corriente que se disparó al desvelarse el famoso burofax el 25 de agosto. El '10', disgustado con la situación en la entidad, hizo llegar a las oficinas un mensaje en el que expresaba su deseo de cambiar de rumbo profesional, entendiendo con ello que al terminar el curso había quedado como agente libre automáticamente.
Este movimiento desató un aluvión de reacciones que encontró su mayor opositor en el presidente barcelonista por aquel entonces, Josep María Bartomeu. El mayor argumento que encontró el equipo directivo fue la lectura de su contrato, por la cual consideraban que al haber finalizado el año de competición sin haber rehusado la posibilidad de continuar, la vinculación proseguía al menos una temporada más.
Esto despertó una guerra interna en la que los aficionados también jugaron su papel en mitad de la pandemia, acudiendo a la Ciudad Deportiva en masa para exigir la dimisión del Consejo de Administración. El cargo de Bartomeu, cuya relación con Messi se había deteriorado hasta límites insospechados, llegó a ponerse sobre la mesa, aunque la decisión era firme.
Mientras los grandes clubes del continente se relamían ante la posibilidad de adquirir a un superdotado con la pelota a coste cero, la Liga de Javier Tebas entró de oficio para darle la razón al FC Barcelona en unos comunicados inéditos en relación a la situación contractual de un futbolista.
Tira y afloja Messi - Bartomeu
Las tiranteces estuvieron a punto de iniciar una batalla legal en la que los abogados de ambas partes insistían en que la voz decisiva la tenían sus representados. Especialmente rocambolesca fue también esta situación, y es que por un momento los dos bandos compartieron el mismo bufete de abogados, contexto que cambió con el despido que llevó a cabo la presidencia encabezada por Bartomeu.
Tan decididos estaban ambos en su creencia de la posesión de la verdad que Leo Messi, citado el 30 de agosto para someterse a las PCR imprescindibles para reincorporarse a la pretemporada, no se presentó. No estaba ligado a ningún club, o al menos esa era su convicción. El revuelo fue a más y se consideraron las posibles medidas a adoptar en caso de declararse en rebeldía.
Las muestras de cariño y las críticas al argentino se sucedieron en unos de los días con más presión que se recuerdan hacia una única persona del mundo del deporte. Los culés, ya por el 2 de septiembre y a sabiendas de la postura, llegaron a presentar su nueva camiseta con su figura como uno de los grandes atractivos. No lo tenía tan claro la familia Messi, que no daba su brazo a torcer en la decisión y este mismo día se reunía con Josep María Bartomeu, con Jorge Messi como portavoz del delantero.
Tras las jornadas de incertidumbre, el dilema de la última temporada se resolvió el 4 de septiembre con el anuncio del jugador acerca de su continuidad contra su primera voluntad. "Jamás iría a juicio contra el club de mi vida", alegó en este sentido, mostrando que su marcha atrás de debía exclusivamente al juego iniciado desde los despachos en Can Barça, lo cual no cesó las acometidas de la hinchada contra un Bartomeu muy tocado, a escasos días de afrontar una moción de censura impulsada desde los tiempos del burofax. Horas después, los dardos de 'La Pulga' al ser entrevistado por Goal hicieron evidente su malestar por las decisiones internas: "Hace tiempo que no hay proyecto".
Una reincorporación contra su voluntad
Con la nueva campaña futbolística ya comenzada y Lionel Messi desde el 7 de septiembre a disposición de un nuevo técnico, Ronald Koeman, tendría lugar la dimisión de Josep María Bartomeu (18 de octubre) y un cambio en los esquemas de cara a las negociaciones sobre la renovación.
Entonces, cuando ya parecía haberse resuelto uno de los puntos de confrontación, surgió la enésima cuestión que colmó la paciencia de un Messi que el 18 de noviembre se manifestó "cansado de ser siempre el problema de todo en el club" mientras se renegociaba la rebaja salarial en la plantilla y recibía tirones de orejas por parte del entorno de Antoine Griezmann. Tampoco ayudaron a calmar los ánimos las declaraciones del presidente interino, Carles Tusquets, comentando el 4 de diciembre que "hubiese convenido vender a Messi por el ahorro de salarios".
Messi no quiso pronunciarse de nuevo sobre su renovación hasta las Navidades, cuando en una entrevista con Jordi Évole en el programa Salvados señaló de forma directa al expresidente Bartomeu. "Empezó a filtrar cosas para hacerme quedar mal a mí", contó al respecto, y avisando en este mismo instante que no tomaría una decisión sobre su futuro para el curso siguiente hasta el final de la temporada. Mientras tanto, su nombre y su continuidad jugaron un papel importantísimo en las elecciones del FC Barcelona, aunque el '10' nunca quiso decantarse en público a favor de ninguno de los candidatos.
Joan Laporta: aire nuevo, pero insuficiente
Con la segunda etapa de Joan Laporta al frente del equipo azulgrana llegaron los buenos augurios sobre el acuerdo y las buenas palabras de un presidente hacia su estrella. En todas sus ponencias, Laporta se deshizo en elogios y abrazó la posibilidad de seguir contando con el jugador como su bastión en el terreno de juego. Así fue incluso a la conclusión de la campaña, cuando el directivo afirmó en pleno 1 de junio que "Messi quiere seguir y está mostrando mucha comprensión" y se mostró convencido de que la renovación llegaría.
Pero no resultó así. El delantero se incorporó a la convocatoria de la selección argentina para disputar la Copa América y su futuro quedó pendiente para su regreso. A su llegada como campeón continental, además, los lazos se estrecharon a tales dimensiones que Messi y el Barça alcanzaron un principio de acuerdo el pasado 14 de julio, dependiendo exclusivamente del visto bueno de la Liga. Las cuentas económicas estancaron la firma de una operación que dio visos de tener una salida este mismo 4 de agosto con la inversión millonaria anunciada por la Liga por parte de CVC.
Como un espejismo, esta opción se ha desvanecido en cuestión de horas y este mismo 5 de agosto se ha concretado oficialmente la despedida de Lionel Messi. Su próximo destino mantiene ahora en vilo al mundo del fútbol.